Mi viaje por las tierras del CPS

O de como tomé la decisión de compra del Seminario de resolución de problemas complejos de la UNIR (No confundir con el Máster que es más largo, más caro y tener carrera universitaria es condición indispensable. ANECA Rules).

Fecha: 04 Oct 2024 - Autor: Antonio


Post en Categoría: Reflexiones

Etiquetas: / comunidad / cps /


El otro día publiqué mi primer post largo en LinkedIn. Como podéis ver era para mostrar un nuevo certificado de formación. Pero no es el primer certificado que obtengo, ni será el último. Aunque seguramente sea una de las formaciones de las que mas orgulloso me siento. Más allá de la evidente señalización que todos hacemos en redes quise extenderme en el post como señal de agradecimiento, tanto a los formadores, como a los miembros de mi grupo de trabajo: Manuel, Nuria y Antonio. Aprovecho nuevamente para agradecerles su implicación, que hizo que la experiencia mereciera aún más la pena.

Escribo este artículo para contar la historia que hay detrás de este hito en mi carrera profesional y en mi formación. Una manera de conectar los puntos, como decía Jobs. Mirar en restrospectiva que es lo que me ha traido aquí y que quiero conseguir a partir de ahora.

Antes de nada una breve introducción a lo que significan las siglas CPS y un breve disclaimer.

CPS son las siglas en inglés para Resolución de Problemas Complejos (Complex Problema Solving). Si ya lo sabías pero no habías hecho ninguna formación al respecto es posible que este artículo te sirva de ayuda. Si por el contrario no tienes ni la más remota idea de que cojones es esta mandanga, te remito al CPS Notebook del gran Toni Dorta (Twitter/LinkedIn) y su CPS 101: introducción de 10 minutos.

El disclaimer: Lo que cuento aquí es mi experiencia y mis conclusiones en ningún caso es recomendación de compra de ninguna formación ni libro que se mencione en este artículo. No me llevo comisión por nada de ello. Lo escribo porque he visto que hay gente con dudas sobre si comprar algún curso y si les merecerá la pena la inversión. SPOILER: No lo sé. Es un trabajo de investigación que debes hacer por ti misma/o. Bienvenidos a la incertidumbre de la formación.

Un descubrimiento muy casual

Como toda historia, hay que fijar un comienzo y para hablar de CPS debemos mencionar a la mente que hay detrás de todo esto: Javier González Recuenco (Linkedin) o más conocido como @Recuenco en Twitter. A lo largo de este relato iré mencionando este nombre, posiblemente más de lo que vuestros ojos puedan soportar. Tranquilidad, es lógico, como “inventor” del CPS es normal que no nos lo quitemos de la boca en la comunidad.

Hace unos días el pana Cepesero Sergio Berbis (Twitter/Linkedin) escribía el artículo de presentación de su nueva Newsletter y contaba como supo de la existencia de Recuenco y me parece curioso que en realidad llegué a Javi casi de la misma manera que Sergio, escuchando esta entrevista que le hizo Jaime Rodriguez de Santiago (Twitter/Linkedin) para su podcast Kaizen (Spotify/Web). La novedad que introduzco yo es cómo llegué a conocer Kaizen.

A finales de 2019 o primeros de 2020 el jefe que tenía por aquel entonces me propuso hacer una formación como Project Manager. En realidad era un curso de un total de cuatro que servían para preparar la certificación oficial como PMP del Project Managment Institute. Pintaba seria la cosa, luego vi que en realidad una condición indispensable si no tenías carrera universitaria era llevar 7000 horas de vuelo en gestión de proyectos. Yo no llevaba ni 3000 en la empresa así que me autodescarté para la certificación, pero si hice los dos primeros cursos.

El caso es que en aquel primer curso introductorio mencionaban algunas metodologías además de la del PMI, como SCRUM, Kanban o Kaizen. Yo, que cuando me da por algo soy casi obsesivo, salía del curso y buscaba podcasts que escuchar, mientras paseaba a mi perro, relacionados con el tema. Así, por pura serendipia descubrí a Jaime y su Kaizen, que no ha hablado de gestión de proyectos nunca en sus programas, y me aficioné de manera casi compulsiva durante meses. No recuerdo si empecé por el primer episodio y fui en orden, puede que así fuera. Pero lo que está claro es que el episodio 77, de enero de 2021, me cambió la vida.

Se me mueven los pies sólos al escuchar la melodía

Una vez que descubrí a Recuenco el salto al podcast Heavy Mental(Spotify/Web), que perpreta junto a sus amigos Miki (Twitter/Linkedin) y David (Twitter/Linkedin), fue inmediato. Ahora tenía dos podcasts entre los que alternar mientras sacaba al perro. Food for thought.

Eso de primeras y en el ámbito de los podcasts, pero es que resulta que el amigo Recuenco tiene la fea costumbre de escribir hilos en Twitter cada sábado por la mañana. Lo que se conoce en la comunidad como los #HilosTurras. En los que despliegua todo su conocimiento sobre CPS y temas colindantes.

Añado aquí un recurso valiosísimo en la comunidad, al nivel del notebook de Toni. El Turrero Post, creado por Carlos Hernández (Twitter/Linkedin) y creo que ahora lo mantiene Victor R. Escobar (Twitter/Linkedin). Dos pilares de la comunidad CPS si me preguntan.

Pero claro, una cosa es leer Hilos Turras y otra muy diferente es entenderlos, vease ejemplo número 1:

2021, Virgen del amor hermoso ¡Casi nah!

El caso es que uno acaba entrando en la jerga casi en una mezcla de masoquismo y de ganas de aprender.

Para añadir mas leña al fuego a finales de aquel 2021 apareció Recuenco con su último lanzamiento podcastil: Nada Que Ganar, junto a Jaime Rodriguez de Santiago, Cris Carrascosa (Twitter/Linkedin) y Samuel Gil (Twitter/Linkedin). Puro cuñadismo twitteril sin complejos. O eso dicen ellos. Luego se supo que de cuñaos nada y se preparaban los temas. Uno no se cansa de que lo engañen constantemente XD.

Si no tienes sentido del ritmo, ¿Qué haces baliando?

El tema del CPS era más evidente en los hilos de los sábados, mientras que en los podcasts se tocaba tangencialmente, en ocasiones se hablaba de Factor X, a veces se hacía mención al hilo de los huevos de serpiente, siempre perennes los incentivos que mueven al mundo.

No me escondo, ha habido veces que he tenido que escuchar algún podcasts dos veces para intentar entender alguna movida o peor aún, ha habido ocasiones en las que no me he leido los hilos turras enteros pero he dado like y RT. A lo loco.

Cuando Recuenco habla de sentirse como el más tonto de la habitación me identifico mucho cuando se trata de este mundo del CPS. Tal vez sea ese el motivo por el que no me he llegado a bajar nunca del carro. He tenido temporadas más activo otras menos, pero ni se me ha pasado por la cabeza abandonar esta musiquilla del CPS.

Aunque también confieso que, sobre todo al principio, el otro tema bandera de Recuenco además del CPS, las Altas Capacidades, me tiraba un poco para atrás. No por nada raro, simplemente que al venir de la misma fuente mi cabeza las vinculaba. Es decir, pensaba que para saber o ejercer como CPSer había que ser un cerebrito. Pero el tiempo me ha demostrado que no. Era un error de concepto por mi parte que no se si le ha pasado a mas gente. Es algo que no tienen ninguna relación. Tras haber hecho la formación del seminario creo que la clave, a mi personal modo de ver, es que tiene mucho mas valor trabajar en equipo que ser muy inteligente y creativo. Aunque esto lo desarrollaré más adelante, cuando lleguemos a la parte del trabajo en equipo en el seminario.

Hay que ir siempre a la fiesta

Así pasaron 2022 y 2023 casi al completo, llenando mi ocio con estos podcasts mientras paseaba al perrete. Bueno y comprando los libros que habían publicado Jaime y Javier, cada uno por su lado. Pero llego la oportunidad de desvirtualizarlos a todos. Bueno a Recuenco le desvirtualicé en la #TRG23, por que asistí a la grabación de Heavy Mental como conté en este otro post. Aunque en aquella ocasión ni me acerqué a hablar con él.

No fue la única desvirtualización de gente de Twitter que hice en la TRG23, entre otros puse cara, cuerpo y tres dimensiones espaciales a Pedro Pablo Aparicio (Twitter/Linkedin). Hasta la TRG habíamos interactuado vía Twitter para hacer coñas y estar de cachondeo. Después de la TRG seguimos haciendolo pero en persona además de online. No sé como surgió la conversación pero fue Pedro quien me introdujo en el grupo de Telegram de la comunidad CPS Hispano, capitaneada por un pilar de la comunidad como es Pau Mugarra (Twitter/Linkedin). En otra ocasión escribiré sobre el #CPSLive2024, que fue el primer evento grande de esta comunidad y en el que tuve una participación, cuanto menos, curiosa. Sigamos con lo que nos trae aquí.

Bueno, antes que se me olvide, escuchad la entrevista a Pau en el podcast Charlando con Libros de Adrián Sussudio (Twitter). Pepitas de oro para la comunidad. Por aquí os dejo enlace.

Como decía se presentó la oportunidad de asistir en directo a la grabación del especial de Navidad de Nada que Ganar y como venía con la fuerza que me había dado la TRG en octubre y la asistencia a mi primer meetup sobre CPS (gracias a Pedro Pablo que me hizo ping). No lo dudé y saqué entrada para ir en diciembre a ver a los de NQG. Allí me presenté con los libros de Jaime y de Javier para que cada uno me firmase el suyo y por fin charlar con esta gente a la que escucho casi a diario y con la que de vez en cuando interactúo por Twitter.

Además fue una ocasión perfecta para ver a Tarugos como Pedro Pablo, Ana (Twitter/Linkedin) y Sara (Twitter/Linkedin), con los que no tuve oportunidad de charlar mucho en la TRG pero que se han convertido en mis panas tarugos y cepeseros junto con Angel (Twitter/Linkedin) y Guiomar (Twitter/Linkedin).

La pulsión por hacer el seminario cobra fuerza

Aquel encuentro con los NQG cristalizó muchas cosas. Me di cuenta, charlando con Pedro Pablo, que hacía meses que tenía decidido hacer la formación de la UNIR pero no había tenido el valor de hacerlo. Ahora ni siquiera entiendo porqué no la hice antes, pero es irrelevante. El caso es que aquella misma noche tras una charla de más de una hora en la calle, Pedro y yo, adquirimos el compromiso de que si uno de los dos se apuntaba, el otro también lo haría. Promesa de caballeros.

No pasaron ni dos meses y ya tenía el formulario de inscripción en mi pantalla. Como dice Nassim Nicholas Taleb, hay que ir a la fiesta para que sucedan cosas. Ahora lo veo, pero en aquel momento no era tan evidente. De no haber ido al directo de NGQ no habría tenido aquella conversación con Pedro y seguramente no habría dado el paso de hacer el seminario de CPS. Conectando los puntos, que es gerundio.

Desde el momento que me apunté hasta que dieron comienzo las clases, en abril, estuve impaciente y con ganas de empezar. Quería entender muchos de los conceptos de los que habla Javier en sus turras, poner un marco que me permitiera dar sentido a tanta jerga y por último saber si todo esto tenía una utilidad práctica en mi día a día. Esas eran mis expectativas, pero la realidad es que todo cambió en el momento que empezó a rodar el balón.

Las clases con Recuenco no eran ni de lejos parecidas a los hilos turras, lo cual tiene sentido, ni es el mismo medio ni es para la misma audiencia. Al fin y al cabo en la clase está hablando para 50 alumnos y los hilos son mensajes en una botella tirados al mar para ver si llegan a alguien. La concreción, la cantidad inmensa de información que mete en cada minuto de clase, el acceso directo a su cabeza para cualquier duda, hacen que efectivamente merezca ya la pena el curso. Pero sin embargo Javier no es el mejor profesor de los 3. Para mi Diana (Twitter/Linkedin) y Benjamín (Linkedin) son aún mejores que Recuenco. Pero esto es opinión personal y tampoco es una competición. Sólo quiero resaltar que llegas al curso por él y te flipa por el nivel de todos los demás.

Trabajando en grupo “The right way”

Pero el verdadero valor de la formación está en cómo han organizado el trabajo en grupo. Y cuando, como a mi, te toca un grupo top esto puede ser un game changer.

A las pocas semanas de empezar hay una clase en la que el propio Recuenco expone las normas para la realización del trabajo en grupo. Se le da mucho valor, tanto es así que el mayor peso de la nota final sale de un mix entre el trabajo final y la exposición oral de dicho trabajo. Así que si tienes pensado apuntarte, valora los días que tengas clases y añadelé entre 5 y 10 tardes más en las que vas a reunirte con tu grupo de trabajo para poner en común aspectos del mismo. Donde verdaderamente aprendes los conceptos de este “Meta Toolkit Cognitivo” (Como lo llama Javier), que es el CPS, es aquí, en el trabajo en equipo. De manera casi natural pasaréis de un DAFO, tan conocido, a un Diagrama de Ishikawa para dar orden a toda la información que iréis capturando y recopilando de vuestro equipo de la NBA.

Has leído bien, si, NBA. El trabajo en grupo consiste en que os asignan un equipo de la NBA y tenéis que analizar cual es su estado actual, investigando su historia, sus estados financieros, su estado deportivo y demás aspectos, para a partir de ahí elaborar la estrategia que como General Managers planteraréis al presidente de la franquicia (Recuenco, en todos los casos) en la exposición final.

La parte más difícil en mi caso fue arrancar la dinámica del grupo. Es decir, contactar a todos los miembros y fijar un primer día de reunión. El primer mes lo pasamos en blanco. Aunque como digo, si tu grupo es tope gama no es realmente un mes perdido. En nuestro caso cuando llegamos a la primera reunión cada uno traía un montón de información que había estado recopilando en estas primeras semanas, pero del aspecto que naturalmente le causara mayor curiosidad, me explico: Manuel (Linkedin) se había empapado de la situación financiera, Antonio Pita (Twitter/Linkedin) tenía la foto comparada con el resto de equipos en cuanto a tamaño de mercado, ingresos por derechos televisivos, etc. Nuria (Linkedin) se había centrado más en el aspecto de la dirección tanto la técnica, los entrenadores, como la económica, el equipo directivo. Por mi parte había pasado ese primer mes deborando podcasts sobre los Milwaukee Bucks, tanto en castellano, El Reverso, como en Inglés, Locked on Bucks y Bucks Film Room , y esto me había dado una visión bastante profunda sobre la plantilla y su historia reciente. Principalmente sobre sus estrellas Giannis Antetokounmpo y Damien Lillard.

Esto sucedio en las dos primeras reuniones del equipo. El resto fue un verdadero disfrute, pero si me tengo que quedar con un día fue cuando tras un par de reuniones en las que no avanzábamos en el caso y, creo que fue Nuria, propuso utilizar el diagrama de Ishikawa para poner orden a todo aquel batiburrillo de información. No voy a explicar cómo se hace un Ishikawa, para eso está el profesor Benjamín Suárez que lo hace de maravilla. Pero en aquel momento sucedió la magia. De repente apareció ante nosotros el verdadero problema a resolver para la franquicia de los Bucks. Yyyy hasta aquí puedo leer, como decía Mayra Gómez Kemp en el 1,2,3. En próximas ediciones le tocará estudiar a los Bucks a otro grupo de intrepidos cepeseros y no queremos hacer spoilers.

En mi post de LinkedIn doy las gracias a los profesores pero sobre todo a los miembros de mi grupo. Como nos dijo Pau Mugarra en una clase de resolución de dudas sobre el caso práctico, lo que verdaderamente marca la diferencia de esta formación es la composición del grupo de trabajo. Puedo dar fe de ello. Cuando al final hicimos todos los grupos las exposiciones finales vi que no todos los grupos habían tenido un camino tan de color de rosa como el nuestro, incluso grupos en los que por circunstancias acabaron dos de cinco miembros. Un putadón si me preguntáis.

Hace mil años que no expongo un trabajo

Así pasamos abril y mayo, entre clases, reuniones del grupo de trabajo, escuchando más podcasts, poniendo en común ideas y volcandolas al documento final, conformando lo que acabaría siendo el trabajo por escrito. Pero esa es sólo una mitad de la tarea. Faltaba exponerlo oralmente. En nuestro equipo casi desde el primer día el gran Antonio Pita me había nominado a mi como portavoz del equipo, como “premio” por haber sido el pesao que escribiese a todo el equipo para tener aquella primera reunión. El primer día me lo tome a coña, pero el tiempo avanzaba y nadie parecía cuestionar aquella coña marinera. Vamos que con el jiji jaja me había caido el marrón de exponer el trabajo.

Seguramente la última vez que hice una exposición oral sería en ¿Bachillerato? En cualquier caso, hace más de 20 años y seguramente no de una manera brillante. Mas bien al contrario, siempre me ha dado bastante reparo hablar a un grupo de más de 3 personas.

Pero aquí hemos venido a jugar. Si me tocaba aquel marrón, al menos intentaría hacerlo de la mejor manera posible. Así que aproveché la última clase de resolución de dudas para preguntarle una obviedad a Javier Recuenco: “Javi, con la exposición oral no se pretende que pongamos en diapositivas el trabajo que hemos entregado por escrito y lo leamos con más o menos gracia, ¿Verdad?”. Si, llamadme capitán Obvio, pero básicamente esa ha sido mi manera de hacer exposiciones orales en mi vida de estudiante. Tomad nota a la respuesta de Recuenco: “Efectivamente, no queremos eso para nada. La idea es que utilicéis el Storytelling para que yo, el presidente de la franquicia, una persona con muy poco tiempo y menos paciencia, entienda el problema, vuestro diagnóstico, la solución que proponéis y el plan para ejecutar esa solución. En menos de un cuarto de hora”.

La palabra aquí es “Storytelling”. Así que, con las mismas a buscar esa palabra en Spotify y tras un par de escuchas de prueba le dí toda mi atención a Storytelling estratégico con César Castro. Y como había hecho con los podcasts de los Bucks me sumergí en su mundo de manera compulsiva. De hecho lo compartía hasta por twitter de lo buen recurso que me pareció.

Así que ahí estaba yo, haciendome experto en storytelling en tiempo record. Bueno experto no, pero al menos entender lo suficiente como para hacer una exposición solvente. Debo decir que esta es la parte que más disfruté de toda esta experiencia. La escritura del guión, pero aún más la re-escritura. Las pruebas individuales grabándome en audios de Telegram para escucharme una y otra vez y memorizar el discurso (siguiendo los consejos de Cesar Astudillo (Twitter/Linkedin) en este HILAZO). Las pruebas ante mi equipo y recoger el feedback que me daban Manuel, Nuria y Antonio, eso es oro también.

Toda una experiencia formativa que iba más allá de la materia en sí. Aunque esto dependerá de como de en serio te tomes el curso. En mi caso estoy notando que me lo he tomado bastante en serio. Posiblemente no haya puesto tanto interés en una formación nunca.

Pero aún faltaba la pantalla final. La fecha y la hora estaban marcadas en el calendario, 16 de julio de 2024 a las 20:00.

Alea iacta est.

El gran día

Elegí exponer en el tercer día de los cuatro que nos habían ofrecido. No fui el único, puesto que acabó siendo el día con más exposiciones, con cuatro de cuatro huecos. Hasta por esa tontería, que no dependía de mi me ponía nervioso. Porque claro, al exponer en tercer lugar ya va a estar Javier cansado, seguro que encima me sale un truño de exposición, verás como la pifio a lo grande o me quedo en blanco, o se me rompe el ordenador en mitad de la exposición (esto le pasó a un compañero de otro grupo, madre mía que templanza tuvo, yo me hubiera subido por las paredes)… En fin, a medida que se acercaba el día estos pensamientos afloraban cada poco.

Para protegerme me limitaba a lo que podía hacer que no era otra cosa que repetir y repetir el discurso, escucharme en los audios, retocar el guión, volver a grabarme con las nuevas mejoras. La verdad que eso me calmaba bastante y como dije antes, los ensayos ante mis compis de grupo. Hicimos un par y verdaderamente me sirvieron para ganar mucha confianza.

Llegó la hora. Hice la exposición, al principio titubeando, pero una vez que cogí carrerilla parecía que fuera Jon Horst, el verdadero General Manager de los Milwaukee Bucks. Me había metido de lleno en el papel. La solución que proponíamos, que no desvelaré, fue catalogada por Javier como “Muy BOLD, como a mi me gustan”. No entendí muy bien lo de bold, pero si lo de “como a mi me gusta”. Diré, que el merito de esa solución tan bold fue del compañero Antonio Pita que la tuvo en mente desde el principio y lo cierto es que es una puta locura, pero moló mucho exponer argumentos racionales para soportar esa propuesta tan diferente.

Dicen que cuando te lo pasas bien el tiempo vuela. Aquí volví a tener esa sensación tan común en la niñez. Fue media hora que ahora recuerdo como si hubieran sido dos minutos. Tanto los 15 minutos de exposición (creo que los clavé, siguiendo el consejo de Astudillo en su hilo) como los 15 de preguntas de Recuenco al resto del equipo se me pasaron muy rápido.

La tensa espera

Esto sucedió un 16 de julio, como dije antes y las notas nos llegaron hasta el 5 de agosto. Dos semanas y media. Pues se me hicieron larguísimas. Escribí la tutora de la UNIR, di la turra como el niño insolente que no tiene paciencia para esperar su momento. Regresión a los 14 años, total.

En fin, quería sacar un diez y aspiraba a ello después de la exposición que había hecho y el trabajo que habíamos presentado. No esperaba menos, y efectivamente esa nota obtuvimos. Un pedazo de 10.

Como dije en Twitter me dió alegría, más allá de que sea una formación pagada, que la media de notas del resto de equipos también sería alta, que no va a marcar ninguna diferencia con respecto al resto de compañeros o que no es una formación en la que se tenga una clara evidencia de su utilidad práctica en el día a día. Nada de eso me importa, sólo sé que desde hacía mucho tiempo no me sucedía algo meritorio, es decir, que se pusiera en valor y se recompensara el esfuerzo realizado. Imagino, ahora que escribo estas palabras que de ahí viene esa alegría tan tonta.

¿Y ahora qué?

Y ya está.

¿Ya?, ¿Se acabó?

Después de años de seguir a Recuenco, meses para dar el paso adelante y tomar la decisión de pagar esta formación, semanas disfrutando de las clases, el trabajo en grupo o la preparación de la exposición oral. ¿Aquí se acaba todo?

Mi idea es que no. Como hablaba con mi mujer al poco de terminar el seminario, ahora que, aunque sea teóricamente, he probado las mieles del CPS me gustaría profundizar en la materia, no sólo con alguna otra formación si no en el día a día. Formando parte de un equipo CPS, pero de verdad, no teorizando sobre un equipo de la NBA si no abordando un problema complejo del mundo real. Obteniendo la información para el diagnóstico de las entrevistas con los stakeholders, y no de un podcast. Participando en dinámicas de equipo para poner en común la información. Elaborando un guión con los detalles que hubieramos encontrado y las soluciones que proponemos, incluso participar de la ejecución de esa solución. En definitiva ejercer como CPSer en un ambiente CPSer.

Lo de en un ambiente CPSer es lo que se me antoja más dificil. En mi empresa actual he visto alguna iniciativa que se quiere parecer remotamente al CPS, pero beben del Design Thinking. Como dice Recuenco el Design Thinking es la guarnición en un plato como el cordero con patatas.

Unos días antes de recibir la nota final del seminario de CPS me sentía bastante perdido en el ámbito laboral.

Tras el seminario había pasado algo. El trabajo se había vuelto aún más gris. Incluso la idea de buscar otro trabajo se me hacía indiferente. Ahora sólo podía pensar en que a lo que de verdad me gustaría dedicarme es a “hacer storytelling para venderles estrategia a lo putos C-Level” como le confesaba a mi compañero de promoción Jorge Alastuey, vía DM de Twitter. El también me confesaba que algo había cambiado en su cabeza. Ambos estabamos sufriendo una crisis con respecto a nuestros roles actuales. El CPS sólo nos había quitado una venda de los ojos que ya de por sí se estaba cayendo.

Para terminar, de momento

Como veis esta es una formación bastante diferente. Al menos para mi lo ha sido. No me veréis escribir un post sobre la última certificación de Atlassian que me saqué en abril, o sobre un curso de Python que hice en Julio (aunque Gerard Sanchez, el profesor si que merezca un post y dos, pero que los escriba él que conoce mejor su propia historia).

No sabría decir si es por el vacío que me dejó este curso de CPS al terminar. Seguramente sólo sea un factor más pero vengo observando que en los meses que han pasado he ido perdiendo interés en diferentes ámbitos de mi vida.

Lo primero que noté es que no quería hacer más cursos. Me daba pereza plantearme nuevas formaciones. Necesitaba descansar. El seminario había sido muy demandante cognitivamente y pensé que me iba a dar todo el verano de descanso. Lo cierto es que llevaba muchos meses encadenando una formación detrás de otra casi sin descanso. El seminario de CPS fue como chocar contra un muro y caer de culo en la carretera.

A principios de agosto, cuando puse el tweet que compartía más arriba, decidí que también iba a descansar en el tema de buscar trabajo. Como con los cursos, llevaba demasiados meses participando en procesos de selección. La mayoría para roles similares al que ocupo actualmente como Devops/SRE pero también había probado suerte en otros como: Technical Writer, SDR(Sales Development Representative, ventas) o Sysadmin experto en JBOSS (le eché morro, porque conocía WAS pero JBOSS no lo había tocado en mi vida Hulio).

En fin que me voy por las ramas, aquí hemos venido ha hablar de la movida esa del CPS. Aunque a lo mejor se trata de un problema complejo y tengo que sacar la caja de herramientas para abordar una solución.

Hasta aquí os puedo contar de momento. Ojalá contaros en unos meses como termina mi viaje por tierras del CPS.

Last but not least

El feedback es bienvenido. Siempre. No te cortes y tira DM o Whatsapp o lo que quieras. Me encantará leerte.

Para terminar dos preguntas ¿Cómo ha sido tu viaje por las tierras del CPS? ¿Te gustaría que escribiera otro post hablando sobre cómo me convertí en “ponente por accidente” en la #CPSLive2024?

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